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13.3.11

MAHMAHMAH-MUGLER

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Hace unos 4 años, intercambié mensajes con un estilista cuyo trabajo me maravillaba. La razón era que éste (su trabajo) me parecía "rebuscado", término que usamos en Colombia para referirnos a "algo increiblemente interesante y atractivo resultado de una improvisación". En ese entonces, su estilo parecía tan único (al menos para mi) que estaba al tanto de cada cosa que hacía. Y entre mensajes, me pedía que lo mantuviera al tanto de lo que yo hacía y claro...yo, felíz.

Hoy en día, este estilista que amó mi postal de Halloween que le envié en 2007, entre otras cosas, es nada más y nada menos que el estilista de cabecera y ojo derecho de Lady GaGa y hace 10 días, lanzó la primera colección de Thierry Mugler bajo su dirección creativa. Y de eso quiero hablar.

Los logros han sido gigantes para Nicola Formichetti, ahora superrequeteconocido estilista creador a nivel mundial de la imagen de Lady Gaga pero, así como hace 4 años proponía un lenguaje visual bajo una estética naturista-manga-dark (???) y como dije, rebuscada: usando palos, alambres, globos o lo que pudiera encontrar para accesorizar una toma, hoy en día ese estilo que le caracterizaba está más copiado que un bolso Louis Vuitton, pero supongo que ya eso no es culpa de él.

Me encanta Nicola, primero porque me parece ridículamente atractivo y su "visión" iba muy de la mano con lo que me gusta(ba) hacer fotográficamente. Acá confieso que muchas veces le dije que quería trabajar con él pero nunca dió respuesta. Y no, no lo odio por eso. Todavía es la hora y sigo al tanto de lo que hace, aunque dudo que él esté al tanto de lo que yo hago.

El día qu me enteré que Formichetti sería el director creativo de la olvidada casa francesa Mugler, sentí un pálpito en el corazón; de esos que no sabes si son buenos (me alegré por Nicola, es como ver a tu amigo triunfando) o malos (pensar que terminará mal la cosa) y resultó siendo un mal pálpito. La última colección de Mugler ha tenido que ser de las dececpiones moderiles más grandes para mi, pero extrañamente, sabía que iba a ser así. Una cabezita como Nicola, no se puede igualar a la genialidad de Thierry Mugler. Dato curioso es que la colección parte con nombre MUGLER y no THIERRY MUGLER, así que me alivia pensar que sería como una línea Marc o Miu Miu, ajenas o econo de los diseñadores o en su defecto, una colección terrestre de lo que en verdad es Thierry Mugler: fuera de este mundo.

A Thierry Mugler le tengo mucho cariño, que digo cariño, LO AMO!! Su trabajo es una puta maravilla!! Es de esos diseñadores que pasarán a la historia por su estilo único. COmo ejercicio, pásense por Style y vean en el directorio la millonada de diseñadores que hay y siempre solemos ver y hablar de los mismos. Esos son los históricos. Su influencia y aporte a la moda y en diseñadores como McQueen y Galliano es/fue palpable así que por eso no entendí cómo pudo acceder a prestar su apellido a tan vil decisión. Luego claro, recordé que "por la plata baila el mono". La última vez que casi me da un infarto gracias a Mugler fue cuando leí que sería él quien diseñaría el vestuario de Beyoncé para su tour 'I am' que al final no fueron diseños nuevos, sino muchas piezas de colecciones previas. Seamos honestos, Beyonce no es chica ThierryMugler.

Para la línea Mugler femenina, Nicola trabajó junto a Sébastien Peigné, quién trabajó para la firma Balenciaga y el pálpito se hacía cada vez más fuerte y malo: DESCAFEINADO TOTAL. Cuando comenzaron a salir los primeros teasers de la línea masculina con el care-zombie que no le encuentro ni punto ni gracia sabía que la cosa iba a pique: Mugler sería más mediático que un peo de Britney pero nisiquiera por moda sino por "excentricidades dark" de la firma. El desfile masculino resultó siendo bien, ni fú ni fá, bonitos cortes y mucha rebeldía; nada nuevo.

Cuando comenzaron a salir los teasers de la línea femenina, sudé más que la propia estatuilla creada por Rein Vollenga con la que se anunciaba la firma. Ya sabía que la cosa iba MAL; el nombre "Anatomy of change" sugería un cambio en las siluetas establecidas por la casa, un vuelco a aquel trabajo exagerado y constrictor del genio, un luto a aquel Mugler de antaño lleno de fiestas, bailes y celebración y la entrada a el pseudo-vampirismo, pseudo-misticismo y esas mariconerías "dark" que es lo que se lleva ahora. Y así fue.

La colección "Anatomy of change" es todo menos Mugler; se pueden ver cientos de inspiraciones de otros diseñadores y nada de Mugler; no hay vestidos con hombros descomunales, no hay chabacanería, no hay teatralidad, no hay finales con papelitos en el aire, no hay bailarines, no hay pelucas de colores, no hay maquillajes superexagerados, no hay glamour, no hay cinturas de avispa, no hay humor, no hay gótico, no hay Francia, no hay soberbia, no hay poder, no hay mujeres.

Repasar la colección y compararla (que no es que haya comparar) con lo que solía hacer Mugler es una patada en los huevos. La silueta pirameidal Mugler (hombros grandes- cintura estrecha) desaparece por completo; fue replanteada "conceptualmente" en una que otra pieza, sí, pero poco que ver; sólo teticass de niñas flacuchentas pretendiendo ser -nisiquiera amazonas- sino mujeres, en unos plataformones que sólo Gaga y creo, Daphne Guiness usarían.
La presencia de Lady GaGa como inspiración no es más sino un gancho de platino para poner a Mugler en el mapa mundial de moda debido a el iman publicitario con el que nació esta mujer y claro lo consiguió pero no como debía. Junto al lanzamiento de la colección fue anunciado a diestra y siniestra que una canción inédita de GaGa sonaría en la pasarela Mugler logrando hacer colapsar la página web cuando fue transmitido en tiempo real por internet. Obviamente, todos eran fans de Lady GaGa interesados en verla y escuchar el nuevo material.
Creo que fuí de los pocos curiosos por ver el nuevo Mugler. Ahora prefiero decir que quería escuchar la canción Government Hooker de Gaga para evitar la vergüenza.

La colección de Formichetti para Mugler sólo gira en una persona: Lady GaGa, su ojo izquierdo y gallina de huevos de oro. Punto.

No es nostalgia lo que intento mostrar en este post, nostalgia por el Mugler de antaño; porque los tiempos cambian. Así como Thierry pasó de buenorro parisino a amorfo esteroidemaniaco no esperaba que la colección fuera un festín ochentero-noventero pero que al menos respetara la escencia de la casa, como debe ser.
COn este post no me quise precipitar al escribirlo. Tampoco voy a decir que detallé cada pieza de la colección y por eso la demora. Más bien quise esperar a ver cuál iba a ser la repercusión del desfile y tal y como pensé, es nula: 10 días después de lanzada, nadie habla de ella. Nisiquiera de LadyGaGa porque esta mujer va tan rápido como Speedy Gonzalez que no da tiempo de hacernos detener y digerir. Estoy segurísimo y me corto los huevos si no es así, que Lady GaGa será la imagen publicitaria de la firma. Y ese es el nuevo target de Mugler: Los GagaFans.

Sinceramente no sé qué pasará con el Mugler de Formichetti; tengo otro pálpito de que será de esas firmas que sobreviven por 2 años y que luego regresan a las tinieblas como una bonita anécdota y casi que eliminándolas de nuestras cabezas recordaremos el único Mugler que ha existido, el de las mujeres en rascacielos, en desiertos, de quimeras e insectos, de iglesias góticas, de prostitutas, de la corsetería creada por Mr Pearl, el de Jerry Hall, el de Adriana Sklenarikova en el traje de quimera, el de ... de las MUJERES de Thierry.

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