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24.4.12



Las fieras que han residido en la cabeza de Roberto Cavalli y que han sido plasmadas en sus sofisticadas y excesivas prendas desde inicios de su carrera, parecen haber sido liberadas por el diseñador ahora en las redes sociales.

"La moda...es una gran máquina de hacer dinero !! Ya no hay más creatividad ! En 50 años los libros de moda ... NO VAN A TENER NADA QUE DECIR SOBRE NOSOTROS" es uno de los tantos tweets que se puede leer en la cuenta oficial del maestro quién, emocionado, ha declarado, será usado para escribir sólo verdades que den a conocer su calidad de persona y al parecer, su posición ante la industria.

A primeras, parecería un movimiento que resultaría arriesgado para algún emergente o frágil diseñador pero, para el una vez considerado sucesor de Versace y uno de los diseñadores más influyentes del mundo, no parece importarle la repercusión que podrían tener sus declaraciones si a final de cuentas, su maravillosa línea está perfectamente posisionada y facturando.

Los tweets, escritos en inglés y con encantadores errores ortográficos no hacen sino, ensalzar la imagen soberbia y a la vez cálida del diseñador -que una vez eligió estudiar modas  para conocer chicas lindas y quien hoy afirma que resultó con muchísimos colegas homosexuales- arremeten contra el sistema político y comercial que parece imperar actualmente. Su rabia contra el estado y curso que lleva la decadente moda, le llevó igualmente a lanzar sin misericordia opiniones contra personas influyentes en el círculo, dando nombres como si se tratase de un cantante de rap -a quienes vistió constantemente en los 90s- dejando a la luz, la avaricia de aquellas personas que custodian el negocio.

Aquella epifanía que pareció vivenciar Cavalli -y de la que se desconoce el motivo aparente que le llevó a predicar en twitter-, ha servido para levantar interrogantes sobre la artificialidad preponderante en la moda, el estancamiento de algunas casas por la falta de libertad, la interpretación del afrancesamiento por personas ajenas a Francia; en fin, un resumen en 140 caracteres de lo que yo he estado haciendo en un año en más de 25 posts reafirmado mi posición, propósito y llenándome de fuerzas para con éste blog. Gracias, Sr Cavalli.

19.4.12


Con la entrada de Raf Simons como director creativo de la casa de modas 'Christian Dior', se confirma el inicio del Nuevo Orden que se está llevando a cabo en el círculo internacional de la moda.

Al igual que en política, el 'Nuevo Orden' hace alusión a la reestructuración y cambios no sólo en las ideologías, sino en la forma en la que será repartido el "poder" a un selecto grupo de dirigentes/diseñadores que se encargarán de mejorar el periodo en el que se encuentran inmersos ó, si es el caso, de crear uno nuevo.

La elección de Raf Simons como diseñador cabeza de CD, una de las casas más prestigiosas del mundo representa, entonces, un paso abismal en el devenir de la moda debido a que su interpretación y trabajo serán escenciales desde el día que presente su primera colección, a diferencia de su trabajo en Jil Sander dónde, a pesar de haberse destacado de manera impecable, es prudente decir que el renombre de la casa parisina y la atención que recibirá, le convertirá evidentemente en una potestad en el círculo.

Cada -aproximadamente- 20 años se lleva a cabo esta tenebrosa reorganización y desde hace unos dos años se discute quiénes serán los próximos dioses que velarán por las casas que se les asigne o los que se levantarán con sus propias. Riccardo Tisci se alza como el actual nóvel más exitoso de todos y se rumoraba que entraría a Dior; Haider Ackermann de repente es una estrella y Karl Lagerfeld le tendría en cuenta cuando necesite un sucesor en Chanel. Alexander McQueen desaparece, criogenizando un futuro que parecía hacer de la moda y la tecnología un mismo concepto y entonces le reemplaza un ansioso Gareth Pugh quién se ha encargado de ir afianzando las anteriores mencionadas.

Haciendo un paralelo con el pasado, 1996 fue un año decisivo para la moda porque se gestaba un 'Nuevo Orden'. El arquitecto de la moda, Gianfranco Ferré, era despedido de Dior otorgándole el lugar a John Galliano quien dejaba Givenchy en manos del desaparecido Alexander McQueen quién sólo permaneció 3 años para abrirse con su propia casa; Marc Jacobs era nombrado diseñador cabeza de Louis Vouitton; Tommy Hilfiger se tambaleaba en su imperio al rumorarse, haber lanzado mensajes racistas contra Oprah (que no dieron paso a un despido como pasa hoy en día), a Lagerfeld y su tropa de supermodelos no les movía nadie de su trono, ni a Miuccia ni a Gianni ni a Giorgio, aún cuando estos dos últimos junto a Ferré se les haya visto envueltos en escándalos relacionados con patrocinios económicos por parte de la mafia italiana. Jean Paul-Gaultier quien hoy no brilla tanto como antes (precisamente por el espacio que se le está dando a nuevas promesas), diseñaba 954 trajes para la película 'El Quinto Elemento'.

La diferencia entre los elegidos de hoy con los de otrora dista enormemente por razones arraigadas a la libertad. Si hace 16 años, los diseñadores podían crear libremente mantiéndose en los parámetros de la casa, los de hoy, en cambio, son vigilados constantemente por los grupos detrás de ellos que cuidan el patrimonio económico de las casas y cada decisión primero debe ser aprobada por los grupos que les controlan.

La principal razón de este ajuste de pantalones es tal vez la acelerada época en la que se encuentra el mundo. La vertiginosidad de la tecnología y el fácil acceso y desecho de información hace que sea necesario un cambio en el modus operandi de los diseñadores y sus respuestas sean más rápidas y ajustadas a lo que el consumidor quiere, porque así funciona la moda de hoy: El consumidor manda y exige una reinterpretación del lujo en piezas más simples pero igualmente innovadoras. El nuevo orden propondrá el redescubrimiento y valorización del lujo a través de las piezas austeras y tecnológicas.

Desconozco si Simons se ha hecho en Dior a sabiendas que el recorte de presupuesto le hará centrar su visión en una propuesta más simplificada y acorde a la austeridad que reina y reinará o si es precisamente por eso que se sentirá más seguro trabajando de esa forma, porque simplemente ajustará la visión minimalista que ejerció en Jil Sander a los patrones de Monsieur Christian. Mi máxima es "entre menos tengo, más doy" y quizás también sea la de Raf quién ha sido el primero en atender el llamado que clama la moribunda moda y de quién su trabajo en su nueva casa dependerá la subsistencia de cientos de casas de moda rémoras que esperan las órdenes del nuevo dictador.

Aún faltan casas por ser ocupadas. Seguro en unos 2-3 años o menos, con la rapidez en que se mueve el mundo, otro diseñador se alzará como un grande. Los desauciados rezan por el próximo prodigido de la Central Saint Martins, pero mientras tanto disfrutan las brisas que parecen refrescar el ambiente pestilente aún cuando faltan muchas más cabezas por rodar.


 
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