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21.8.12



El 7 de Agosto, la muerte tocó la puerta de Anna Piaggi quién, despojada de sus extrafalarios atuendos, se encontraba en la soledad de su calurosa casa italiana. Con su partida, muchos declaran que ha muerto, en definitiva, la moda.

Si Anna Piaggi hubiera vivido en Colombia  o en algún país de LatinoAmerica y se paseara por sus calles, probablemente sería confundida como una anciana con demencia senil: perdida entre los edificios, mirando al cielo, vestida en harapos pintorescos que luciría con orgullo ante los condescendientes transeúntes; como si en su cabeza, su persona fuera un personaje histórico de la realeza; pensamiento que se contradeciría, con un rostro maquillado de forma tan ingenua, que sólo reflejaría la candidez de una ávida mente infantil.

A cualquier europeo le pudo haber pasado lo mismo si se la encontrase en la calle ataviada en sus enormes trapos siempre coloridos, sosteniendo su característico bastón y desconociera su persona: ''una viejita loca'' u ''otra excéntrica más'', dirían; ignorando que en realidad, Anna Piaggi sí era de la realeza, al menos en el mundo la moda y para ella misma, considerándose ''un nuevo tipo de reina'' enamorada del poder y estilo que posee la ropa la que ella vestía para ser más precisos. No era de sangre azul, pero su característico mechón, de ése color, que solía cubrir el ojo inquisitivo y pintorreteado con el que juzgaba las colecciones de los diseñadores nos hacía pensar que sí. Su asistencia en algún desfile, se convertía en aceptación inmediata del diseñador al celoso círculo puesto que, era su presencia, la que representaba la consagración del creador. Su colaboración con la revista 'Vogue Italia' desde los 80's, donde analizaba y enseñaba los orígenes de las colecciones de cada temporada en su exclusiva 'doppie pagine' (doble página), se convertiría en un régimen imprescindible con cada edición al igual que las colaboraciones editoriales con grandes diseñadores, entre esos, Karl Lagerlfeld, su gran amigo y confidente y Manolo Blahnik con quién mantuvo una estrecha amistad y le describió como ''la única autoridad en vestido que quedaba en el mundo'' dejando claro, su poderío e influencia inherente e irrevocable en el mundo de la moda.

Muchos ignoraban esto. Muchos. Entre esos, los auto-proclamados ''fashionistas'' ignoraban todo el legado de esta irreverente mujer que una vez cortó su cabello para hacer de su cabeza, un lienzo para el sombrerero, Stephen Jones, alegando que ''los sombreros son como halos de felicidad''; accesorios que usó, hasta sus últimos días. Muchos ignoraron también que a Anna le han dedicado exhibiciones retrospectivas presentando más de 2500 prendas que tenía en su haber. Muchos lo ignoraron porque su legado, más allá de su vestir, no era muy conocido. Aunque para nadie que recorriera las páginas de una revista o las páginas de moda en internet, la graciosa cara de Piaggi resultaba extraña, pues estaba en todas los eventos y desfiles de cabecera, para muchos, resultaba siendo aquella anciana con demencia senil de rubor naranja que, gracias a su nombre y lo que hizo en otrora, mantuvo acceso a cualquier desfile que deseara asistir.

Y era muy fácil asumirlo. Junto a Diana Vreeland e Isabella Blow, no se conocía a otra mujer tan auténticamente excesiva en su totalidad como lo fue Anna Piaggi y aún cuando el adjetivo ''llamativo'' se queda corto ante ella cuya naturaleza fue siempre ser superficial su persona no lo parecía ser tanto. Era de hecho, todo lo contrario: se le veía sólo en eventos de renombre; ofrecía entrevistas cuando lo consideraba necesario, no se manejaba en redes sociales y parecía una detractora del fenómeno informático pues hasta su muerte, le fue fiel a su máquina de escribir Olivetti de color rojo carmesí. Alejada abismalmente del resto de editores quienes parecen inmersos en las nuevas tecnologías y hambrientos de seguidores, Piaggi era entonces, una total desconocida. Poderosa, sí, pero desconocida y olvidada por los emergentes adeptos al fenómeno fashion. Ó al menos lo fue, hasta su deceso.

Stefano Gabbana fue el primero en anunciar la muerte de la editora, vía 'Twitter' y fue entonces cuando el mundo volcó los ojos ante la magnificencia que representaba Piaggi. Las condolencias no cesaron por parte de los que la conocían y los fashionistas a la par que de seguro poco saben de ella lloraron entre silenciosos caracteres su partida, pero agradecían sus contribuciones al mundo; todos ignorando en realidad, la tristeza que rodeó su muerte.

Anna Piaggi murió en la soledad de su casa en Milán el 7 de Agosto, a causa de un paro cardíaco, probablemente por el excesivo calor que hacía en la ciudad (uno de los veranos más calientes de Italia) un día después de haber rechazado la invitación de su hermano, a irse de vacaciones con él y su familia por no sentirse bien. Fue encontrada por su asistente después de haber tocado insistentemente y, al no recibir respuesta, se vió en la necesidad de llamar a la policía quien forzando la cerradura, encontró a Piaggi tirada en el suelo. Al no presentar signos vitales, no hubo necesidad de llamar una ambulancia. Anna Piaggi había muerto.

Un pequeño servicio funeral fue llevado a cabo el jueves. Alrededor de 90 personas asistieron, entre ellos miembros de la familia, unos cuantos periodistas y personas que vivían cerca y le conocían. Ningún diseñador, nisiquiera italiano, estuvo presente pues eran vacaciones y todos parecían estar ocupados. Por eso nada se comenta del funeral; ni figura en internet donde las imágenes se habrían filtrado en segundos— ni se muestra nada en los medios impresos porque, nadie que valiera la pena para plasmar en una revista, fue a darle el último adiós. Las despedidas se hicieron via twitter que es como parece enmendarse todo hoy en día y dejándola sola, perdida entre sus trapos y con sus ojos pintorreteados, esta vez cerrados y apuntando al cielo azul como su cabello, Anna fue ignorada como se ingoraría a una anciana con demencial senil: con una sonrisa lastimera.

13.8.12

(Jean-Paul Goude)

En el 2000, Maria Isabel Urritia se alzaba con la medalla de oro en halterofilia en las Olimpiadas de Sydney. La primera para Colombia en toda la historia, en cualquier categoría. Doce años más tarde, el oro ha sido para Mariana Pajón en la categoría de BMX.

Han sido doce largos años, treinta olimpiadas y sólo dos triunfos de oro para Colombia; una cifra que, aunque un poco desfavorecedora para un país que simula defender el deporte en actitudes prosopopéyicas, alenta a nuevas generaciones a desarrollar sus destrezas en las "llamativas" áreas culturales que van tomando fuerza en el país poco a poco.

A partir de estos logros, el futbol, por ejemplo, deporte y opio del 90% de los colombianos, con inversiones estratosféricas en jugadores y directores técnicos —cuyos resultados en la cancha provocan enterrarse de cabeza— ha logrado ser cuestionado por los hinchas que portan con orgullo las camisetas de sus equipos, al atestiguar resultados de deportistas colombianos que se destacaron en categorías como el salto triple, ciclismo, levantamiento de pesas, judo, taekwondo y lucha durante las Olimpiadas realizadas en Londres de este año. Pero, más allá de la alegría de haber conseguido 8 medallas en los antes mencionados, queda también una especie de insatisfacción por no haber conseguido más preseas doradas para el país. Y es muy normal que pase debido a diferentes factores que, al igual que en un podio, se ubican en un mismo pedestal de mayor a menor.

El dinero, se alza con el oro como principal factor de todo este disgusto, ya que los patrocinios por parte del estado no existen; obstaculizando, traslados, viáticos y sueños deportivos. Uno se haría de la vista gorda y contradeciría esto diciendo que los patrocinios existen si hay talento pero, es común ver grupos de porristas frente a un semáforo, haciendo ''maromas'' bajo el inclemente sol y mendigando dinero a los conductores, para la confección de uniformes o para poder pagarse el traslado a algún evento, en otra ciudad. Y eso es sólo un mínimo ejemplo. Durante las Olimpiadas, fue una total pena que casi todos los deportistas de Colombia, se vieran en la triste obligación de devolverse al no tener el dinero suficiente para costear su estadía hasta la clausura; apagando, no sólo el sueño de ver cómo la llama olímpica se extinguía, sino también, generando frustración, en los que esperan llegar a algún olímpico y deban repetir el infortunio. De todas formas, el dinero no puede ser la única determinante, porque una vez empiecen a surgir nuevos talentos, la presión por patrocinios aumentará y la competencia directa del pueblo va a ser el gobierno, su único contrincante.

Pero la competencia no debería ser sólo con el gobierno —a quien es muy fácil echarle el agua sucia, por toda esta tragedia de magnitud olímpica— sino entre nosotros. Sí. Precisamente, una de las principales razones por las que el estado no ejerce ningún tipo de interés económico por actividades culturales, es porque el pueblo no ha generado un espíritu que fomente las mismas. La actitud competitiva en Colombia no se promueve porque para algunos, no tiene caso si se va a seguir viviendo en la misma mierda; manteniendo un negativismo palpable, que podría ser disipado con actividades físicas así como las Olimpiadas, en sus inicios, buscaron dirmir conflictos entre naciones a través de una fiesta deportiva.
La responsabilidad de ésta falta de actitud competitiva recae en los padres y profesores escolares, quienes deben estimular las mentes de los niños desde temprana edad, inculcando valores de constancia, esfuerzo y sobretodo disciplina, si queremos más campeones. La promoción de la sana competencia, la existencia de modelos a seguir que se conviertan en héroes y records por superar, incitaría al anhelo competitivo que debe, en primera instancia, ser llevado a cabo entre el pueblo porque, si no competimos contra nosotros mismos, ¿cómo vamos a sentirnos a la par de los de afuera? Colombia necesita más records y más héroes.

Conseguirlo tomaría tiempo, pero es posible. Colombia, con sólo 202 años como nación independiente, es un país relativamente nuevo, con una cultura que centra sus bases precisamente en la ausencia de la misma: son pocas las personas que se interesan por éste tipo de actividades deportivas o de cualquier índole, porque vivimos en una mezcolanza cultural plagada de influencias ajenas desde que nos colonizaron —e irónicamente, se llevaron nuestro oro escondiéndole en excusas religiosas—. Entonces somos muchas cosas y al tiempo nada, haciendo dificil estar a la par del resto de paises no sólo en deporte; faltan más medallas de oro en salud, tecnología, arte, moda, política etc. si queremos competir con los de afuera, porque mientras que Colombia cree que hacer ''bulla sociopolítica'' por Facebook, es fomentar a una revolución cultural, ellos han pasado por las suyas desde hace cientos de años; porque mientras que en Colombia se suele decidir a qué dedicarse a los 16 años o es, a esa edad, que apenas estamos moldeando nuestro identidad, los de afuera lo tienen claro desde los 6 años y comienzan a trabajar en ello, cargando consigo un bagaje mucho más extenso y mucho más competitivo que el nuestro.

Eso sí, cuando un fenómeno genera en el país un boom mediático y se convierte en ''furor'' —sobretodo cuando se trata de algo parcialmente desconocido— los colombianos intentan sacarle el jugo al máximo y empiezan a entrenar a los futuros campeones. Las inscripciones para el BMX, por ejemplo, ya presentan un incremento. Los padres quieren más Marianas para Colombia. Y, aunque es una actitud tierna, suele ser momentánea para algunos, por los factores antes mencionados: costearlo por años, conseguir contendientes dignos, mantener la disciplina y no hacerlo por ser la ''fiebre'' del momento, porque hay que ser honestos si se quiere cambiar: aunque Colombia aplauda las 8 medallas de los 8 revolucionarios culturales, es un país que devora tendencias a gran velocidad y tristemente las olvida en tiempo record.

23.7.12


Todos sabiamos que Amy Winehouse se iba a morir, todos; sus representantes, sus padres, sus fans; hasta ella misma lo sabía y apostabamos la fecha en que pasaría, sin pensar siquiera que cuando ocurriera, nos tomaría por sorpresa.

Hace exactamente un año ocurrió lo imaginable: Amy Winehouse muere y logra detener el mundo, al tiempo que las redes sociales y páginas de internet colapsaban relatando el suceso. Ese día nadie sabía exactamente cuales eran las causas de su muerte pero no importaba, estaba muerta y el mundo clamaba una respuesta; una supuesta sobredosis de alcohol, de drogas y hasta una auto-asfixia eran de las tantas afirmaciones lanzadas por los medios, que en vez de horrorizar y seguir destruyendo su imagen, por el contrario, contribuían y le ayudaron a mitificarle.

Aquel sábado 23 de Julio, el mundo no sólo lloraba física y textualmente la gran pérdida musical sino -muy egoistamente- lloraba el suponer que no habría un futuro álbum que calmara la sed que dejó con Back to Black.

Ese álbum, su gran obra maestra, supuso un cambio social desde la parte musical. Desde Eric Clapton, no había aparecido algún otro cantante que cantara sobre drogas, alcohol y excesos de una forma tan abierta y cínica: el álbum abre con aquella canción, donde una repetida negación a rehabilitarse, la hizo famosa mundialmente y termina con una donde defiende su marihuana y se pavonea en decir que es mejor y más adictiva que cualquier verga que haya probado. La crítica evidentemente le aclama y critica en partes iguales y los cantantes emergentes intentaron imitar su estilo lírico, trayendo consigo, una leve aceptación a las drogas por parte de las nuevas generaciones, que se escudaban en la sátira de la canción para mostrar el consumo de drogas, como una actividad 'cool' y de la que los cantantes se enorgullecían tanto que alardeaban en sus canciones.

Sus fans y no fans no podíamos no sentirnos identificados con alguna de sus canciones porque Amy, a diferencia del resto de cantantes, llevó la cotidianidad y la pureza de un corazón sensible a notas musicales. Sus letras no eran pretenciosas, por el contrario, eran tan sinceras que hasta rayaban con lo simple, pero una simpleza que casi parecía poesía. Amy decodificó lo que muchos sentimos en nuestro interior, logró darle vida a la vida y a la muerte.

La sinceridad y crudeza en sus letras totalmente contemporáneas, junto a sus sonidos de influencia soul, jazz y R&B que si bien no eran totalmente innovadores, pero que refrescaban el panorama donde el auto-tune iba cogiendo fuerzas, sumándole también el hecho de que fuera una mujer británica la que se jactara de sus banalidades al tiempo que se auto-flagelaba en sus canciones le dieron toda la notoriedad que no buscaba. Según sus padres "ella no quería ser famosa, ella sólo quería hacer música" pero, es imposible pasar desapercibida cuando se posa sobre una alfombra roja con un enorme peinado, ojos vestidos en eyeliner, un cuerpo debilucho que saludaba agitando sus brazos tatuados y su sonrisa que dejaba ver los dientes que no se le habían caido.

Sobre el escenario era un personaje que cautivaba apenas se paraba a cantarle al amor y al desasosiego con su inquietante y casi irritante voz; fuera de él, era una chica con problemas que cautivaba con su tragedia y que prefirió hundirse en el alcohol pues entre más borracha, más genial su calidad intepretativa y creativa.

Afortunadamente, en los últimos momentos de su vida hace un punto de inflexión, decidiendo desaparecer de los escenarios por un tiempo y dedicarse a su proceso de rehabilitación. Eso fue un alivio para los muchos que esperaban un Back To Black 2 pues, si Back To Black, que gira en torno a su relación destructiva con Blake Fielder-Civil, su gran amor; este supondría ser un álbum todavía más desgarrador, romántico y exitoso puesto que Blake ya no formaba parte de su vida y ella se sentía desolada.

Desafortunadamente, Amy muere en la cama de su apartamento a causa del Síndrome de Abstinencia que generó en su proceso de desintoxicación y es maravilloso, porque a pesar de que indirectamente los excesos la mataron, fue la ausencia de los mismos su frío verdugo. No se sabe la hora exacta, ni si intentó luchar contra la muerte quien terminó venciendo; sus familiares y amigos se arrepienten de no haber estado en ese momento con ella, para ayudarle, así como los millones de fans que pensamos utópicamente en que si hubiera sido nuestra amiga, le hubieramos ayudado a salir de las drogas; como si fuera tan sencillo. Muy bien lo decía ella  "I can't help you, if you won't help yourself" (No puedo ayudarte, si no te ayudas a ti mismo). Y por no dejarse ayudar, la vimos balbucear canciones, intentar recordarlas, tropezar por sus borracheras y dejar conciertos a medias.

Pero a Amy no se le podía ayudar y mucho menos juzgar. Más allá de sus acciones, es tal vez la única verdadera artista de nuestros tiempos. Era la única que expresaba con honestidad y autenticidad sus pensamientos y sentimientos en sus canciones, y lo exteriorizaba, no sólo en el vestir, sino en su físico demacrado. Amy fue la prueba fehaciente de cómo el amor puede destruir una mente frágil y romántica. Ella, como a un verdadero artista, no le importaba la repercusión de su trabajo, porque ella sólo quería cantar. Nadie esperaba que viviera muchos años, porque los artistas como ellas están destinados a vivir poco sobretodo, cuando nos venía repitiendo todo el tiempo, que "ella no era buena" y ciertamente no lo era, era un genio.

5.7.12



Raf Simons sabía, mucho antes de aceptar el puesto como director creativo en Christian Dior, que su presencia en la casa parisina, debía polarizarse completamente del legado que John Galliano dejó en la mente de todos los que vimos el renacer, de la casa más importante de todos los tiempos.

El lunes, 3 de Julio fue el tan esperado debut y como es de suponer, no defraudó; al menos no a los invitados ni a la prensa especializada que ya ve ésta colección de alta costura para Otoño del 2012, como un éxito comercial y como un alivio al traspié mediático que ocasionó Bill Gaytten durante 3 temporadas. Pero, ¿qué pasa con los que no estuvimos allí y no estamos especializados y somos un poco más románticos y fanáticos del trabajo de John Galliano?

Es absurdamente dificil mantener una posición objetiva cuando se mira con nostalgia el trabajo previo de Galliano y se compara con la frialdad y ferocidad de Simons para con la casa, pero hay que reconocer que es una colección digna de la maison francesa y cumple con todos los requisitos de confección, buen hacer y altivez que distinguían el trabajo del hombre que definió el 'new look', Monsieur Dior tal vez de forma más exacta que el trabajo de John.  Aún así, hay elementos que van totalmente en contra de la ideología del fundador, logrado desconcertar a varios; entre esos, yo.

Christian Dior era un romántico empedernido y un amante incurable de la figura femenina. En su cabeza, su mujer era una sobreviviente de la guerra y una olvidadiza instantánea: pasada la catástrofe se aplicaba su labial y apretaba su cintura en un corsé, paradójicamente, su símbolo de libertad. Su necesidad natural era la de elevar a la mujer al arquetipo de diosa terrenal al enfundarle en sus maravillosas creaciones; defendía el turquesa pálido y el rosa como emblemas de femeneidad y con sus creaciones les quería acercar semánticamente con el regalo más hermoso de la naturaleza: las flores, su principal inspiración después de las curvas de una dama.

Transcribir esa pasión y ese amor por todos esos detalles delicados sólo podía funcionar con una mente escencialmente similar y John Galliano, su sucesor más brillante y recordado, entendía completamente la mente du Monsieur Dior y temporada tras temporada traducía los códigos con brillantez y con esa efervecencia que le caracterizó durante su estancia. Su investigación y su inmersión en la cabeza del fundador le llevó a crear colecciones basadas en los viajes que hizo a los lugares más exóticos del mundo, en la revoluciónes, en personajes históricos, en su jardín en Normandía y hasta en el jardín trasero de su casa de niño. El proceso creativo de John Galliano fue 100% integral basado indirectamente en la teoría del 'Método' y sus colecciones de alta costura no tendrán nunca comparación pues eran espectáculos que sublimaban a la mujer como nunca nadie lo ha hecho.

Raf Simons, en cambio, tiene un concepto de diseño totalmente distante al de Galliano y su comportamiento para con la casa ha sido mucho más reticente; claro, sólo ha tenido tres meses para preparar su colección pero se logró atestiguar inmediatamente la frialdad no sólo en el corte sino en el proceso creativo al ser más objetivo y su propuesta comercial al ser más efectiva para estos tiempos.

La mujer de Raf se acopla a la mujer déspota y feróz de hoy. De 54 pases, 11 son completamente negros, 18 si se cuentan los pantalones, piezas que de hecho, nunca habían sido presentadas en una colección de alta costura de la maison. La costumbre de tener vestidos opulentos e interminables se vió reducido a mini-vestidos que terminaban a la cintura; al igual que los maquillajes y peinados excesivos, como era de esperar por parte de Simons, resultaron muy sobrios. Todo fue austero, aún cuando un millón de flores forraban las paredes de la mansión dónde fue presentada la colección; flores que aunque refrescaban y romantizaban el escenario, eran ignoradas por las robóticas modelos que una vez se detenían a olerlas.

Simons cuenta que su efoque para con la casa es mezclar la historia con el futuro, readaptar no sólo la silueta sino la actitud y rediseñar la psicología haciéndole más acorde a los tiempos modernos. Su propuesta pretende ser menos teatral y más terrenal; su alta costura busca ser tocada en vez de ser idealizada como objeto voyeur y lo ha logrado. La mujer Dior de Raf Simons ha pasado de diosa terrenal a ser una fría mortal que camina entre flores pero que ignora la belleza las mismas.

De todas formas, no hay que perder las esperanzas ni hacer conclusiones apresuradas; esta es la primera colección de Simons y tal vez nos sorprendenda con las futuras; quizás sus damas se irán feminizando con el paso del tiempo y entenderá la fascinación de Monsieur Dior por las flores y su comparación verosímil con la mujer porque, hasta el momento, en la mente de Raf, no hay necesidad de parecerse a una flor en vida puesto que es realmente cuando mueres, que tu cuerpo se convierte en muchas.

8.6.12


Me encanta la Coca-Cola, ¿a quién no? Seguro serán pocos los renuentes a ella con razones que siempre serán refutables, pero la democracia dicta que la mayoría siempre gana, entonces la Coca-Cola gana. Yo al menos vengo adorando aquella marca de la que ni siquiera recuerdo mi primer acercamiento, pero que forma parte de mi, como si siempre hubiera estado allí desde que nací.

Estoy seguro que no soy el único al que le sucede lo mismo y no importa, porque a pesar de su frivolidad y que no tiene ninguna filosofía de vida, su nombre, más todo lo que le envuelve, han logrado 'colarse' en las nuestras, convirtiéndose en un estilo, en una necesidad física y en una de las imágenes posicionadas en nuestro 'top of mind', le compremos o no. A mi me entran ganas de Coca-Cola cuando quiero refrescarme, porque es lo primero que pienso que logrará saciarme, no importa si hace frio o calor; si es de día o de noche; las ansias aparecen y hay que satisfaccerlas como si se tratase de una droga -siendo una, inconscientemente.

Al darme cuenta que claramente tenía un problema, un día me detuve a cuestionar y analizar aquella necesidad física y el poder que tiene sobre nosotros, sus consumidores, al entrar en nuestras cabezas y convertir su producto en el primero de la lista, eliminando o nublando cualquier tipo de competencia.

Fisicamente, todos sabemos que Coca-Cola es lider en su campo, tanto con su línea principal como con sus alternas y enjuiciar su físico, sería contrariar todo la magia que rodea su imagen pero, al desmembrar su composición y llevarle a su mínima expresión omitiendo sus millonarias campañas, nos encontramos con una sustancia que resulta siendo poco atractiva. Por ejemplo, despejar la Coca-Cola a su producto base, es encontrarse con agua negra y turbia en la que habría que usar botas hasta las caderas; es ligeramente pesada y con un sabor que se asemeja al de algún metal. Es como si todos sus componentes (marca-empaque-producto-branding) estuvieran diseñados a funcionar en una simbiosis para mantener intacta su esencia. Sino, sería una Pepsi.

Psicológicamente, aún cuando en sus inicios se presentaba al clima y mantiene como premisa la frescura, la Coca-Cola es de personalidad FRÍA. Bajo todo ese halo de calidez que parece percibirse en sus campañas, sea cualquiera estación del año, es un producto oscuro que sólo funciona perfectamente cuando está helado, pues allí reside su carácter. Y es gracioso porque, entre más gélida la Coca-Cola, más exquisita. Fuera de su contexto sería molesto a los dientes y desentonaría con cualquier cosa que le acompañe. Por otro lado, una vez consumida -gracias a las alteraciones que provoca en nuestro cuerpo por la salobridad que contiene- nos dejará siempre con ganas de más.

Comercialmente es una GENIO. Basta con exponer los dos párrafos anteriores y darse cuenta que aún con sus falencias, no se obstaculiza su notoriedad ya que su éxito se mantiene gracias a sus efectivas estrategias de marketing, excesivo branding e inversión a su nombre. Coca-Cola, a pesar de ser atemporal, es un producto de futuro y evita a toda costa la nostalgia, siempre proponiendo respuestas a sus consumidores y cada vez buscando ir más allá  haciendo lo impensable, como el ubicarse en un desierto en medio de la nada donde sólo hay sed.

Esa actitud de omnipresencia, que le ha llevado a aparecer -sin vergüenza- en todos los medios: radio, televisión, libros, internet y hasta en películas donde su nombre puede ser el eje de la misma consiguen día a día cambiar nuestros modos de percepción hacia ella y ajustarlos a sus dictámenes edulcorados con su ambición y marketing de primera dónde lo único que ha hecho la Coca-Cola, es hacer de lo feo, algo atractivo.



(Si al terminar, no entendió el sentido del post, clicka en 'Más información' para atestiguar cómo con Prada pasa exactamente lo mismo.)


16.5.12


En honor a la Gala del MET 2012.

Cierta brujería deben tener las alfombras rojas de los eventos internacionales, que consiguen alejarnos de nuestras actividades cotidianas - que de seguro son más importantes- y fijemos en cambio, nuestra atención en la llegada de las celebridades de turno -sean actores, cantantes o socialites- a la gala del momento, con el único fin de degustarnos visualmente -para bien o para mal- con lo que visten.

El magnestismo de la alfombra roja es tal, que suele superar a la velada misma, haciendo que europeos se trasnochen sólo para ver los trajes por los que se han decantado los invitados en eventos americanos y los americanos en cambio, madruguemos para no perdernos un sólo pase por la alfombra en alguno europeo.

Conociendo entonces, de la importancia de este espacio de casi 3 horas antes de la gala, donde todos posan para las flashes y ofrecen entrevistas a diestra y siniestra respondiendo a la infaltable pregunta: "de quién vistes?", las celebridades aprovechan para enfundarse en los trajes más exquisitos de las firmas del momento con el único fin de promocionarles y reafirmar su estatus.

A primeras no pareciera haber algún problema con esto, sin embargo, la alfombra roja ha perdido aquel brillo y prestigio que alguna vez le caracterizaba, donde el derroche de glamour, abrazado por una estética kitsch e individualista no daba cabida a la necesidad de tener un estilista personal ya que la único requisito, era impactar. Así, los vestidos pasaban a ser declaraciones, mensajes casi políticos y sátiras ante la formalidad de aquellos eventos donde celebrar un triunfo, se debería hacer como una gran fiesta. Los vestidos sobre la alfombra roja se convertían en referentes físicos que documentaban una época, pues era una verdadera pasarela cultural.

Hoy, en cambio, estos eventos son tomados con tanta seriedad y severidad, que se han transformado en un desfile de extremo buen gusto donde el tedio y el aburrimiento se combinan gracias al exagerado asesoramiento de los ya establecidos estilistas y la presión que el mundo está ejerciendo sobre la apariencia de sus clientes.

El mundo parece olvidar que las celebridades son de otro mundo: el del ENTRETENIMIENTO, por lo tanto su trabajo es entretener dentro o fuera del escenario. Por algo un híbrido de humano-cisne se presentó a los Oscars con forma de Björk, o Kim Bassinger, del brazo de Alec Baldwin en 1991 horrorizaba a todos con un vestido que se mantiene hasta la fecha, como el peor vestido llevado a alguna gala ó la Madonna de antaño, o Cher o Lil Kim y hasta la mismísima Anna Wintour fueron y serán recordadas por vestidos que rompían todas las barreras del vestir. De hecho la carrera de la sra Wintour se disparó por mezclar lo que parecía imposible: alta costura y moda callejera en su inicial trabajo en Vogue.

Aún así, hay cosas que nadie parece olvidar, como el 9/11; uno de los principales factores en éste gran cambio cultural. La caida de las Torres Gemelas en New York, fue el primer detonante que generó la conocida "Cultura del Miedo" donde la continua repetición de mensajes intencionalmente distorsionados trajeron consigo un fenómeno consumista que se ha quintuplicado diez años después. La estigmatización del rechazo por no comprar cierto producto, o pensar, o escuchar o no vestir cierta marca, trajo consigo una democratización del lujo, demarcando clases sociales y polarizando el pensamiento en 'IN' y 'OUT'.

Los medios impresos fueron los primeros en intesificar este caos. Desde inicios del 2002, las ventas de los diarios tipo tabloides se dispararon al dedicarse a colocar en portada a las estrellas en sus momentos más vergonzosos; borracheras, discusiones y vaginas se convirtírían hasta la fecha, en el pan de cada día . Las ediciones favoritas y por ende, más vendidas, fueron en las que las celebridades son capturadas sin maquillaje, algo que en nuestra nueva cultura, es un horror.

Esta Cultura del miedo donde las celebridades -aún cuando siguen generando muchisimo dinero- se convierten en blancos del público, sigue creciendo por medio de la internet y es tal vez la prinicipal razón al aburrimiento que se vive actualmente en el mundo pop.

Andy Warhol fue tal vez el primero en percibir aquel fenómeno muchos años antes con su mítica reflexión sobre la estratificación usando a la Coca-Cola como ejemplo: "...Puedes estar viendo la tele y ver la Coca-Cola, y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola, y piensas que tú también puedes beber Coca-Cola." Aquella frase que elimina cualquier jerarquización social es hoy representada de manera fiel en la cultura del internet y claro, las redes sociales.

Con un blog, twitter o tumblr, el usuario se convierte en un dictador, árbitro y jurado de las celebridades. Las líneas que parecían dividir quién podía opinar o cuya opinión era importante han parecido desvanecerse mientras tu blog genere millones de visitar, tenga miles de seguidores y adquiera relevancia social.

Las redes sociales, específicamente twitter, consiguen en cambio que las celebridades -por presión social- bajen de sus constelaciones para hacerse con una cuenta y compartan su vida con sus millones de seguidores y ése es tal vez, el punto más determinante de todos. Al ejercer una relación directa con el mundo, las celebridades se han quitado aquel "manto de misterio" que les alejaba de las "personas del común" y se dedican en cambio a compartir su vida -que resulta siendo aburrida- destruyendo la imagen que suelen presentar bajo los reflectores. Las celebridades no han entendido que al mostrarse y crear vínculos virtuales inexistentes con sus seguidores, están expuestas a que cualquier opinión de cualquier parte del mundo llegue a sus ojos con sólo anteponer una arroba a su nombre; sobre su físico, sobre el vestido que vistan, sobre su pareja de turno, sobre sus inclinaciones sexuales, sobre su familia etc. Las celebridades como Hércules, son dioses convertidos mortales.

Las celebridades hoy en día son entonces, personas comunes con trabajos extraordinarios que comparten una cuenta de twitter -El presidente usa twitter, Liz Taylor usó twitter y nosotros usamos twitter- pero por ser estrellas convertidas mortales, están propensos a cualquier tipo de crisis (de identidad, alimenticias, existenciales, nerviosas) gracias a la -ya mencionada- presión que ejercen sobre su vida.

Antes era muy sencillo inmortalizarse en un evento ya que todo quedaba en el mismo y en diarios que repetían la misma noticia por meses. Hoy, con herramientas de información inmediata, las celebridades viven precabidas, inhibidas y no caminan sobre polvo de estrellas -como solían- sino sobre cáscaras de huevos, temiendo romper no sólo su suelo sino también su imagen. Por eso los estilistas, por eso el temor a una espinilla porque hoy todo es HD (High Definition), por eso el temor a ser auténticos, por eso la seguridad en la alfombra roja.

Finalmente, el mundo también parece olvidar que, aquella autenticidad histriónica e ingenua representada en los vestidos que llevaban a los eventos, sólo lograba ennaltecer su estatus de distinguidos al lograr una imagen maravillosamente ridícula de su persona. En las alfombras rojas han desaparecido los halos que se solían formar a su alrededor que contrastaba con el pasional color, que les alejaba de la realidad y les hacía ver cada vez más innalcanzables, más brillantes e indudablemente, como verdaderas estrellas.

24.4.12



Las fieras que han residido en la cabeza de Roberto Cavalli y que han sido plasmadas en sus sofisticadas y excesivas prendas desde inicios de su carrera, parecen haber sido liberadas por el diseñador ahora en las redes sociales.

"La moda...es una gran máquina de hacer dinero !! Ya no hay más creatividad ! En 50 años los libros de moda ... NO VAN A TENER NADA QUE DECIR SOBRE NOSOTROS" es uno de los tantos tweets que se puede leer en la cuenta oficial del maestro quién, emocionado, ha declarado, será usado para escribir sólo verdades que den a conocer su calidad de persona y al parecer, su posición ante la industria.

A primeras, parecería un movimiento que resultaría arriesgado para algún emergente o frágil diseñador pero, para el una vez considerado sucesor de Versace y uno de los diseñadores más influyentes del mundo, no parece importarle la repercusión que podrían tener sus declaraciones si a final de cuentas, su maravillosa línea está perfectamente posisionada y facturando.

Los tweets, escritos en inglés y con encantadores errores ortográficos no hacen sino, ensalzar la imagen soberbia y a la vez cálida del diseñador -que una vez eligió estudiar modas  para conocer chicas lindas y quien hoy afirma que resultó con muchísimos colegas homosexuales- arremeten contra el sistema político y comercial que parece imperar actualmente. Su rabia contra el estado y curso que lleva la decadente moda, le llevó igualmente a lanzar sin misericordia opiniones contra personas influyentes en el círculo, dando nombres como si se tratase de un cantante de rap -a quienes vistió constantemente en los 90s- dejando a la luz, la avaricia de aquellas personas que custodian el negocio.

Aquella epifanía que pareció vivenciar Cavalli -y de la que se desconoce el motivo aparente que le llevó a predicar en twitter-, ha servido para levantar interrogantes sobre la artificialidad preponderante en la moda, el estancamiento de algunas casas por la falta de libertad, la interpretación del afrancesamiento por personas ajenas a Francia; en fin, un resumen en 140 caracteres de lo que yo he estado haciendo en un año en más de 25 posts reafirmado mi posición, propósito y llenándome de fuerzas para con éste blog. Gracias, Sr Cavalli.

19.4.12


Con la entrada de Raf Simons como director creativo de la casa de modas 'Christian Dior', se confirma el inicio del Nuevo Orden que se está llevando a cabo en el círculo internacional de la moda.

Al igual que en política, el 'Nuevo Orden' hace alusión a la reestructuración y cambios no sólo en las ideologías, sino en la forma en la que será repartido el "poder" a un selecto grupo de dirigentes/diseñadores que se encargarán de mejorar el periodo en el que se encuentran inmersos ó, si es el caso, de crear uno nuevo.

La elección de Raf Simons como diseñador cabeza de CD, una de las casas más prestigiosas del mundo representa, entonces, un paso abismal en el devenir de la moda debido a que su interpretación y trabajo serán escenciales desde el día que presente su primera colección, a diferencia de su trabajo en Jil Sander dónde, a pesar de haberse destacado de manera impecable, es prudente decir que el renombre de la casa parisina y la atención que recibirá, le convertirá evidentemente en una potestad en el círculo.

Cada -aproximadamente- 20 años se lleva a cabo esta tenebrosa reorganización y desde hace unos dos años se discute quiénes serán los próximos dioses que velarán por las casas que se les asigne o los que se levantarán con sus propias. Riccardo Tisci se alza como el actual nóvel más exitoso de todos y se rumoraba que entraría a Dior; Haider Ackermann de repente es una estrella y Karl Lagerfeld le tendría en cuenta cuando necesite un sucesor en Chanel. Alexander McQueen desaparece, criogenizando un futuro que parecía hacer de la moda y la tecnología un mismo concepto y entonces le reemplaza un ansioso Gareth Pugh quién se ha encargado de ir afianzando las anteriores mencionadas.

Haciendo un paralelo con el pasado, 1996 fue un año decisivo para la moda porque se gestaba un 'Nuevo Orden'. El arquitecto de la moda, Gianfranco Ferré, era despedido de Dior otorgándole el lugar a John Galliano quien dejaba Givenchy en manos del desaparecido Alexander McQueen quién sólo permaneció 3 años para abrirse con su propia casa; Marc Jacobs era nombrado diseñador cabeza de Louis Vouitton; Tommy Hilfiger se tambaleaba en su imperio al rumorarse, haber lanzado mensajes racistas contra Oprah (que no dieron paso a un despido como pasa hoy en día), a Lagerfeld y su tropa de supermodelos no les movía nadie de su trono, ni a Miuccia ni a Gianni ni a Giorgio, aún cuando estos dos últimos junto a Ferré se les haya visto envueltos en escándalos relacionados con patrocinios económicos por parte de la mafia italiana. Jean Paul-Gaultier quien hoy no brilla tanto como antes (precisamente por el espacio que se le está dando a nuevas promesas), diseñaba 954 trajes para la película 'El Quinto Elemento'.

La diferencia entre los elegidos de hoy con los de otrora dista enormemente por razones arraigadas a la libertad. Si hace 16 años, los diseñadores podían crear libremente mantiéndose en los parámetros de la casa, los de hoy, en cambio, son vigilados constantemente por los grupos detrás de ellos que cuidan el patrimonio económico de las casas y cada decisión primero debe ser aprobada por los grupos que les controlan.

La principal razón de este ajuste de pantalones es tal vez la acelerada época en la que se encuentra el mundo. La vertiginosidad de la tecnología y el fácil acceso y desecho de información hace que sea necesario un cambio en el modus operandi de los diseñadores y sus respuestas sean más rápidas y ajustadas a lo que el consumidor quiere, porque así funciona la moda de hoy: El consumidor manda y exige una reinterpretación del lujo en piezas más simples pero igualmente innovadoras. El nuevo orden propondrá el redescubrimiento y valorización del lujo a través de las piezas austeras y tecnológicas.

Desconozco si Simons se ha hecho en Dior a sabiendas que el recorte de presupuesto le hará centrar su visión en una propuesta más simplificada y acorde a la austeridad que reina y reinará o si es precisamente por eso que se sentirá más seguro trabajando de esa forma, porque simplemente ajustará la visión minimalista que ejerció en Jil Sander a los patrones de Monsieur Christian. Mi máxima es "entre menos tengo, más doy" y quizás también sea la de Raf quién ha sido el primero en atender el llamado que clama la moribunda moda y de quién su trabajo en su nueva casa dependerá la subsistencia de cientos de casas de moda rémoras que esperan las órdenes del nuevo dictador.

Aún faltan casas por ser ocupadas. Seguro en unos 2-3 años o menos, con la rapidez en que se mueve el mundo, otro diseñador se alzará como un grande. Los desauciados rezan por el próximo prodigido de la Central Saint Martins, pero mientras tanto disfrutan las brisas que parecen refrescar el ambiente pestilente aún cuando faltan muchas más cabezas por rodar.


31.3.12

John Waters encabeza la lista de mis directores favoritos de cine. Su trabajo, que carece de efectos especiales, guiones profundos y forzados, opta por convertirse en una antitesis del paradigma que envuelve el séptimo arte: "la belleza de los personajes con finales felices", presentando en cambio, personajes crudos y auténticos que concluye, con finales que si no son trágicos, son al menos, realistas.

Cada que se menciona el nombre de éste director, a los que conocen su obra, se les viene como primer referente 'Pink Flamingos', esa película que pasa a la historia por su famosa escena donde una madre le practica sexo oral a su hijo y que se supera a sí misma a lo largo de hora y media con escenas perturbadoras que logra ruborizar hasta al menos moralista. La crítica le ha considerado como "una de las películas más estúpidas, viles y repulsivas jamas filmadas". Ya con ese honor, sabemos que si no estamos en frente de un genio, al menos estamos en frente de una genialidad; sin embargo, para este no-humilde servidor, Pink Flamingos no es la obra maestra del gran John Waters, lo es 'Female Trouble', que además de ser también una de sus películas de culto, es una película propia de un genio.



Hasta el día de hoy quiero pensar que John Waters tenía eso en mente, el hacer una película que adquiriera un valor de reflexión con el pasar de los años, que se preservase en el tiempo tocando un tema que no era propio de la época y tal vez por eso fue tan malinterpretado. John Waters con 'Female Trouble' es un ejemplo claro de lo que es ser un visionario.



'Female Trouble' cuenta la historia de Dawn Davenport, una chica rebelde aburrida de su escuela, de sus padres, de su vecindario, de su vida moralista que en cambio, prefiere una vida de delincuencia y prostitución junto a sus amigas Concetta y Chiclette al irse de su casa luego de que sus padres no le dieran de regalo de navidad, unos zapatos 'Cha-cha'.

La vida de Dawn comienza a cambiar cuando le recomiendan ir a un salón de belleza dónde sólo atienden "chicas especiales" (entiendase por esto, chicas del bajo mundo con antecedentes delincuenciales) y conoce a los dueños, una pareja de excéntricos obsesionados con las bellezas bizarras. Dawn, con su expediente, su porte chocante y su sed de fama es, evidentemente aceptada como miembro del salón privado 'Les Lipstick'.



Para hacer justicia a su estatus de belleza asombrosa, Dawn mantiene un closet lleno de prendas maravillosas de las que seguro Thierry Mugler, McQueen, Alaïa y hasta Bob Mackie quisieran haber sido los creadores y de las que seguro muchísimos se han inspirado en las últimas dos décadas, como el vestido de la 'Tia Ida' interpretada por la recordada Edith Massey.
Eso es precisamente uno de los encantos de la película: la ropa. Los escenarios y las tomas son tan cerradas que el decorado se hace invisible y los personajes toman importancia por lo que cada detalle en el aspecto físico es (des)cuidado.
La actitud chabacana y auténtica de Dawn Davenport llama la atención de los dueños del salón de belleza quienes le proponen ser parte de un experimento; para ello, le piden que no piense en ella misma como un "conejillo de India" sino en "un cerdo de Guinea". Y es aquí donde la película comienza a adquirir otro caracter.



El film se convierte en una reflexión de arte sobre los supuestos artistas, fotógrafos y bohemios emocionados con la vida destructiva de personas ajenas a ellos y el encanto que produce su tragedia, sin mencionar, el escape al tedio de una vida aburrida, al elegir la premisa de "la mentira es belleza y el crimen es belleza" que es prácticamente la base del arte contemporáneo.

La documentación gráfica llevada a cabo por la pareja de artistas, es superflua y distante al aprovecharse de la vida de sus objetivos para registrarles actuando como simples espectadores y no como parte de la obra misma, quedando implícito al momento en que cada escena caótica de la vida de Dawn les emociona y genera un morbo tan exagerado, que nisiquiera con ácido en su cara, le socorren sino que le registran fotográficamente. Esta película, se convierte en un espejo de la forma en que muchos artistas de antaño se "ganaban la vida", a través de la pornomiseria, que es el morbo que genera la desgracia ajena.



La vida de Dawn, ahora con su cara desfigurada, se hace cada vez más excesiva como la de las musas de la época y lleva a cabo acciones tan ridículas como ingerir eyeliner y cepillitos de rimel "para elevar su belleza desde adentro" y para preparse para su introducción al mundo del espectáculo como "obra de arte andante".

La noche del 'performance' de Dawn Davenport, se convierte en el momento cumbre de ésta reflexión de arte y en la evidencia perfecta, del avance intelectual de John Waters quién, teniendo en cuenta que ésta película es de 1974, explica perfectamente el uso que se le vendría dando a la imagen fotográfica en la presentación de la vida real como nueva corriente de arte que si bien era una actividad morbosa y llegó a elevar a Arbus, Mapplethorpe, Serrano, a Goldin y a muchos más a la estratósfera del arte mucho antes del nuevo milenio, hoy se ha convertido en una actividad y en una excusa para muchos fotografos que se creen artistas cuando, a diferencia de los mencionados, no se involucran con los objetivos sino que se mantienen como reporteros gráficos, como simples turistas.



Tener a un selecto grupo extasiados con Dawn Davenport mientras hace cosas tan insulsas como saltar en un trampolín y restregarse pescados en el cuerpo como si eso fuera arte, explica claramente el estado extraño en el que se encuentra sumido el mismo; al parecer, no sólo hoy sino también en 1974 tener 3 piedras y un pepino ubicados simétricamente se considera arte -entiendase por esto que cualquier cosa es arte- y el público ya sin entendimiento, para disimular la ignorancia no le queda de otra sino aplaudir.



Davenport interrumpe y lanza las preguntas del millón de dolares: ¿Quién quiere ser famoso? ¿Quién quiere morir por el arte? y es cuando el performance se ha interactivo al dispararle a varios del público creando terror en la audiencia; algo muy parecido a una obra de Abramovic quién dispuso una pistola en uno de sus performance para el que quisiera usarle y claro, nadie la disparó porque eso no pasa en la vida real.

Luego de huir de la ley, es arrestada y llevada a corte. Sus creadores, los dueños del salón y fotógrafos -como en la vida real- le dan la espalda negando ser artistas y rechazando la apariencia horrenda que una vez le alabaron.



Claramente Dawn es la verdadera artista aquí, quién, aún en su ignorancia y cinismo comprendía el poder que puede generar una imagen auténticamente fabricada y el orgullo de acciones que moralmente no están bien consideradas, como matar a su propia hija. Dawn entendía perfectamente el valor de la vida, de la muerte y de la fama aunque sea como una asesina. Para ella, mejor eso que morir siendo una DonNadie y ya en la silla eléctrica -su destino- agradece a la prensa y a todos aquellos que ayudaron a ensalzar su imagen como futura leyenda y piden que siempre hablen de ella y nunca le olviden que es ciertamente, lo único que a todos nos importa mientras estamos vivos: que nos recuerden cuando estemos muertos.

9.3.12

He decidido postear algo distinto aquí en MF dado que estoy liadísimo con un trabajo y porque me siento caritativo y muy dador y me parece que este post va con la línea que llevan mis anteriores.

Me he tomado el trabajo de traduccir una conversación entre Terry Jones, fundador de la revista i-D -que todos deben conocer por sus famosas portadas ocultando el ojo derecho- con Nick Knight, fotógrafo y creador audiovisual realizada para el libro i-D Covers 1980 - 2010. 

La conversación abarca la temática de la posible obsolencia de la fotografía de moda con la entrada de los nuevos medios y posibilidades para con la misma.


Terry Jones: Explícame la portada de Gemma Ward (The Nationality Issue, No 259, Octubre 2005) No era una fotografía?

Nick Knight: No, fue hecha usando tecnología de escanéo 3-D, con la que he estado trabajando hace un tiempo, porque es emocionante y la computadora hace cosas muy creativas. El computador no puede juzgar si es un reflejo de un objeto, sólido o si el objeto está avanzando a través o retrocediendo del lente, así que el computador aproxima la información. Así obtienes un voluminoso mapa de relieve de grumos, levantamientos y contornos generado por el computador y una imagen fotográfica que es aplicada sobre
estos. Basicamente, lo que tienes es al computador inventando una realidad, el cual es un concepto bastante divertido.

TJ: Entonces Gemma tuvo que recostar su cara sobre el scanner?

NK: No, ella se sienta en una silla y el scanner pasa alrededor de ella, algo muy ciencia ficción, y envía un
rayo directo alrededor de ella, el cuál es genial de filmar.

TJ: Lo filmaste?

NK: Sí, nosotros filmamos virtualmente todas nuestras sesiones. Eso comenzó alrededor de 1998 por algo fue Andy Knight (un asistente) dijo - que una sesión de fotos era algo fantástico de ver y que es una lástima que sólo 7 personas en el estudio sean los únicos que lo hagan. Después de eso, comenzamos a colocar una video cámara sobre un trípode al fondo del estudio, y le deciamos a todos: "Hay una video cámara, les parece bien?" Luego ellos se olvidaban de eso y obtenías un film tipo mosca-en-la-pared muy interesante sobre lo que pasaba en las sesiones. Para mediados de los noventas, estábamos grabando regularmente y para el año 2000, grabábamos con múltiples cámaras. Antes se trataba de simplemente grabar todo, y después se convirtió en algo que noté tenía más valor y por lo tanto, un propósito.
Con la llegada del Internet, y mi website SHOWstudio, había un lugar para colocar estas grabaciones. Los antiguos videos sobre moda no funcionaron realmente en los teatros de cine porque el tiempo era tan largo, así que esto se convirtió en otra razón para hacerlos.
Comenzamos esto porque me preguntaste sobre Gemma. Interesantemente, tu puedes tomar la información del scan 3-D y puedes crear la portada de i-D como yo hice con Gemma o puedes voltearla y hacer una escultura. Puedes hacer un objeto que quepa en tus manos o puedes tenerlo del tamaño de un edificio. Puedes hacer lo que sea con ella, porque ahora es información, y esa información puede ser un objeto
de 360°. El proceso - la relación física y visual con la modelo - es la misma que tomar una fotografía convencional. Dirigí a Gemma de la misma forma, respondo a sus emociones y composición espacial de la misma manera, excepto que en vez de disparar un botón y obtener una vista, obtienes una vista 360°. Claro que se puede tomar y colocarla en Internet y darle la vuelta, pero también puedes crear estatuas a partir de ella. No hay nadie esculpiendo un bloque con cincel y martillo, pero aún así terminas con una representación física de la vida. Creo que esta nueva raza de escaneo 3-D es muy emocionante y traerá una nueva forma de mirar las imágenes de moda, o puede que tal vez sea un callejón ciego. Pero pienso que una vez la gente pueda usarla, y emocionarse a través de ella, ellos encontrarán los usos para la misma. Yo he hecho dos o tres esculturas. La escultura no viene de la fotografía, pero es escultura basada fotográficamente.

TJ: Pienso que es increible que en tan corto tiempo, tanto haya cambiado desde la perspectiva de tecnología. Al final de los noventas todavía estabas haciendo Polaroids y había todavía un nivel de misterio.

NK: Comencé a usar una cámara 10x8 alrededor de 1989. La película iba directo al laboratorio para ser revelada y colgaba las Polaroids 10x8 en el fondo de la pared, así era como mi proceso tendía a ser. Mas o menos en un periodo de tres días, tenías un papel tapiz hecho de cientos de Polaroids, y todos - la modelo, estilista, peluquero, artista de maquillaje y asistentes, se paraban en frente de ellas y expresaban sus opiniones. A veces ellos veían cosas que yo no veía en las imágenes. Al momento de tomar fotos, uno no percibe realmente cada detalle; creo que es una interacción emocional la que ocurre, tu dejas de ver a cierto punto y comienzas a sentir. Las Polaroids proveían una forma de, en parte, escrudiñar la fisicalidad  de la
imagen y tu podías decir, "La luz es muy fuerte o lo que sea, y era también una forma de alentar al equipo alrededor tuyo a expresarse a ellos mismos. Eso para mi se convirtió en algo nutritivo porque entonces veía mis imágenes desde sus ojos. Ahora es pesado porque instantáneamente las imágenes pasan al monitor de una computadora. Yo podría colgar una Polaroid y mirarla por veinte minutos si quisiera, ahora una imagen aparece en la pantalla y después la siguiente, la siguiente y luego la que sigue y regresar a esa primera foto siempre es difícil. No puedes regresar a la primera foto, o ver la segunda y la quinta al mismo tiempo, a menos que estés imprimiendo todo. Eso es lo que terminamos haciendo ahora - tomando treinta o cuarenta
fotos de la sesión recien capturadas e imprimiéndoles. Entonces terminas con estas imágenes casi del mismo tamaño de las viejas Polaroids, colgadas en la pared otra vez. Eso abrió el proceso de una forma diferente, ahora todo el mundo en el estudio ve exactamente cómo será la foto más o menos, en una pantalla como si pasara aún antes que el fotógrafo la hiciera, porque de hecho estás mirando a través de la cámara o mirando a la modelo pero estás escuchando a las personas reaccionado a ella antes de que uno tenga en el tiempo de tomar y evaluarla como el momento en el que estás viviendo. No estoy seguro si así seguirá funcionando por abre el proceso de una manera diferente. Si lo miras de forma negativa, tal vez digas que eso devalúa el rol del fotógrafo o le quita el poder que tuvo el fotógrafo sobre la imagen por adelantado.

TJ: Ya no tienes esa sopresa cuando tenías esa Polaroid y había magia en ella.

NK: Es un tiempo diferente ahora y pienso que las cosas están cambiando. Hay una re-evaluación de la moda e imágenes y el uso de imágenes de moda. Por el Internet, la gente ahora habla sobre grabaciones de moda, y si es lo que reemplazará la fotografía de moda. Estamos en un periodo de transición que es casi parecido a cuando la pintura pasó a la fotografía; debo imaginar que hay grandes discusiones ahora sobre la impresión versus filmación. Creo que el film de moda tiene algo nuevo que ofrecer, el cual es un mejor entendimiento de la ropa. Creo que es un medio el cual es ciertamente en su infancia, así que es difícil dar
opiniones definitivas. Ciertamente es mejor para el medio del Internet, porque puedes hacer algo que mueva la ropa, porque ellas fueron diseñadas para el movimiento, asi que sigue muestra que la mejor forma de mostrar ropa es a través de una imagen en movimiento que una imagen fija.

TJ: Es en definitiva lo que esoy pensando para i-D

NK: Esa es la base de lo que estamos viendo ahora. Creo que el fotógrafo de moda es una raza moribunda.

TJ: Creo que el poder y valor de la impresión como medio físico, opuesto al Internet, el cual es un medio
transitorio, simplemente incrementará. Creo que aún falta mucho por explorar. En 1980, participé con esta empresa llamada Catalyst e hicimos una revista en VHS de una hora, pero era difícil hacerla funcionar. Hoy esa idea puede ser hecha en la habitación de cualquiera, así que pienso que nos estamos acercando a esa idea de revista en movimiento.

NK: En térmidos de qué pasará en el futuro y ver cómo vivirá la gente en este mundo, tengo tres hijos y todos en su adolescencia que no miran para nada las revistas. De hecho, no hay razón alguna para hacerlo, porque las revistas son consideradas como lentas. Tu abres una revistas y no te habla y no puedes interactuar con ella. No hay ruido, imágenes que se mueve y nada cambia. Pero tu vas al Internet y de repente estás hablando con tus amigos y estás descargando películas, y es interactivo, y las cosas
toman vida. Sólo es un mundo totalmente diferente.

TJ: Todavía pienso que hay valo en algo físico, como un álbum o revista a la que puedes volver. Creo que fue esa forma de coleccionar información y guardar mucha de ella en tu cerebro. Hoy pienso que la gente está usando el computador para coleccionar y guardar información.

NK: Yo no tengo ningún interés particular en decir que la fotografía va de salida y los films van de llegada, pero creo que es la verdad.

TJ: Yo creo que los gadgets como este pequeño Flip son increíbles; digo, para mi son las nuevas Polaroids.

NK: Ves, eso es lo que pasa; Si yo te digo que vinieras con una cámara fija no lo habrías hecho pero con una video cámara es mucho más accesible.

TJ: He estado usando esta tipo de cosas desde 1986 cuando tuve mi primera video cámara.

NK: Pero estás más relajado ahora.

TJ: Totalmente.

NK: Es muy dificil regresar a ese camino. Con fotógrafos como William Klein, por ejemplo, tenías la sensación que iban con la velocidad del cambio. Se sentía como una revolución. Ya no es así; ahora se siente como si quisieras forzar a la gente a abrazar un medio que ya está crujiente, moribundo y en sus últimas horas.

TJ: Pero tu no capturarías nunca la energía de un William Klein en una video cámara Flip.

NK: Pero capturarías algo más. Creo que hay que ser más entusiastas con el futuro.

TJ: Yo creo que hay que vivir en el momento.

NK: Sí, y eso se convierte en un debate para los que no están, de hecho, haciendo nada. Las personas que están haciendo cosas, lo llevan bien porque quieren hacerlo. Así que si ellos quiere crear vestidos y colocarlos en Internet, o hacer films en vez de fotografía, a ellos no les importa, ellos no preguntan, simplemente lo hacen.
Mi hijo, que edita fils desde los doce años, se alegra al encontrar fuentes desde sus laptop o desde donde sea y mezclarlas todas juntas. A él no le importa la validez de la fotografía o si el medio está cambiando y muriendo. A él no le importa; y no le es relevante para nada. A la edad de cincuenta y uno, y por 25 o 30 años, he sido realmente pesado con la historia de la fotografía porque ha sido mi pasión. También estoy ligeramente cargado con la compresión de que este medio está cambiando, así que pienso que es verdaderamente fundamental que yo elimine cualquier noción romántica o personal que tenga con la fotografía como el negativo, transparencias, impresiones, libros, cualquier cosa. Esas cosas no impiden que las personas creen ahora, quienes estén en su adolescencia, o lo que sea, ellos no tienen un problema con eso porque ellos simplemente lo hacen.





No sé si traducirle de mi libro y postearle libremente sea piratería. Ojalá el  Sr Benedikt se de cuenta y me envíe libros para compartirles aquí.
Si alguien quiere copiar y pegar esta conversación en su blog, bien pueda y aunque no pido créditos por traducción, sería de 100 si lo hacen.

27.2.12


Con el triunfo de 'The Artist' anoche, en los Premios de la Academia queda más que claro que estas dos décadas del nuevo milenio, serán recordadas como precursoras de un fenómeno cultural basado en la nostalgia. De hecho, este post estaba destinado a ser, sólo, si 'The Artist' ganaba.

El triunfo de 'The Artist', más allá de ser una película preciosísima con una musicalización soberbia, reside en ser un reflejo de la manifestación que se vive en la generación presente: la oda al pasado, que no es sino, la admiración que parecen sentir las personas de ahora hacia aquellos que se atreven a traer de vuelta lo que ya se hizo. Como si el pasado fuera el futuro.

Las revistas, cada mes de cada año lanzan los eternos "revivals". Los 60's nunca morirán, ni los 80's ni el minimalismo de los 90's mientras estas no dejen de resucitarles constantemente como si no hubieran más alternativas por explorar. No hay espacio para la creación porque hoy todo es innovación, escudándose en que "ya todo ha sido creado" pero nadie se atreve a dar fe de aquella máxima porque hoy se vive como en 'The Artist', en silencio.

Pertenecemos a los Millenials, por ende, somos víctimas de las nuevas tecnologías, de herramientas que supuestamente nos facilitan el acercamiento cuando en realidad nos están alejando abismalmente; reemplazamos el contacto físico por emoticones, sustituimos expresiones por signos fríos en caracteres impronunciables y cada día involucionamos porque vivimos recordando con nostalgia el pasado por internet y está bien, porque así nos acercamos al pasado de no futuro.

Si el internet fuera un rio, seguro su dueño fuera Hades. Sería tal vez el rio 'Cocito', el de las lamentaciones; donde las almas lloran por su presente y se refugian en su pasado, en lo que se hizo, en lo que supuestamente fue bello. Navegar por el internet es atestiguar como se ha magnificado el antaño y paradójicamente se ha idealizado, por la inexplicable incoformidad en que se vive actualmente aún cuando esta es, tal vez, la generación más mimada en la historia.

El futurismo es cosa del pasado, las nuevas tecnologías son para los nerds y con tutoriales son facilísimas de manejar, dicen. Entonces preferimos las tintas desfasadas de una revista hecha en photoshop CS5, las veladuras de una fotografía análoga o polaroid hechas con la última versión del iPhone y a 'Lana Del Rey' o 'El Gincho' en un video con estética vintage, que hemos subido a nuestro tumblr (que es lo de hoy) a través de nuestro android o ipad.

TUMBLR, la red social-no social del momento se alza como portavoz de este fenómeno nihilista, al seducir a casi todos a que se hagan con una cuenta. Jóvenes y viejos, famosos y no-famosos tienen un tumblr y a modo moodboard van colgando imágenes que suelen ser scans de revistas viejas, fotografías vintages de hombres osos, capturas de programas de los 90's y gifs de películas clásicas de los 80's. Tumbleros de menos de 18 años se han hecho famosos por correr un tumblr dedicado a la moda de los 90s, que haciendo cuentas, no coincide con su época. Y es aterrador pero eso a nadie le importa y nadie dice nada, porque hoy se vive como en 'The Artist', en silencio.

Hasta el día de hoy nadie sabe cuál es la finalidad de tumblr, porque no tiene; no hay un fin social ni pedagógico. Supuestamente busca expandir la cultura visual, pero tal vez, su única finalidad, es la de crear una raza donde el síndrome del túnel carpiano sea tan común como una tos por el excesivo scrolling que hay que hacer.

A partir de 'tumblr' se alzan también los memes, que si bien no son originarios de esta red, son propagados a modo record en la misma creando consigo, movimientos que algunos han considerado estilísticos, como un "naif desvergonzado y de bajo presupuesto" que son trazos digitales que simulan un rayón con lapiz y dibujos propios de la infancia. También los 'demotivators' entran con fuerza con fotografías que suelen evocar el pasado y una línea que le refuerza.

A primeras no parecería haber un problema pero, la gente se está olvidando de expresarse libre y subversivamente al reemplazar su pensamiento, sus letras, por una imagen que les alegra, recuerda y que representa el momento por el que pasan, pasaron o pasarán. Pereza en 72dpi. Definitivamente hoy se vive como en 'The Artist', bailando y llorando en silencio.

Somos tendencia que emula, que canaliza, que copia, que se queja, que se calla, que reemplaza y que no propone. Somos paradoja en carne propia. Somos collages del pasado. Vivimos en el pasado pero llegamos a él por medio de la tecnología de punta. Somos recuerdos porque de eso nos alimentamos y así seremos recordados, como pastillas de fantasía para combatir el alzheimer porque, si no podemos recordar lo que vivimos, por lo menos recordamos lo que hubiéramos vivir.

11.2.12


Alexander McQueen
1969 - 2010

8.2.12



Desde hace hace unos años, Riccardo Tisci está gozando de un éxito profesional comparable al de los grandes diseñadores de antaño y no tan antaño. Si bien, desde sus inicios, se ha destacado por su impecable e innovador trabajo, su nombre y su estela de repente, parecen estar en boga y él no parece mostrar intención alguna de detener tal fenómeno; el fenómeno Tisci.

Gracias a la mezcla de modernidad que exudan las piezas que diseña, junto al romanticismo y la espiritualidad que parece impregnarles como si, precisamente, fueran objetos de adoración ha conseguido que famosos, no-famosos, ricos y pobres se tengan que hacer con algún Givenchy para portarle con regocijo como un ferviente religioso llevaría una cruz en su cuello, haciendo de su persona, deidad de la moda que se puede dar el lujo de decir "que ha tocado el cielo".

Sus últimas colecciones de alta costura le han elevado al título de "estrella de la moda" y ha logrado ganarse el corazón de muchos que parecían escépticos con sus propuestas, incluyéndome. Sus colecciones, temporada tras temporada se han convertido en aciertos y se han ganado la aprobación de la prensa por el manejo conceptual, los procesos de fabricación que van desde la artesanía a los más tecnológicos y el aplique de estampados en sus prendas que parten desde inspiración peruana hasta la estrella pin-up, Betty Page. Gracias a Riccardo, Givenchy se salvó de quedarse atrapado en los comerciales de 'Very Irresistible' y pasó a ratificar la historia de la firma francesa.

Desde el retiro del fundador de la casa, Monsieur Hubert, 3 diseñadores mantuvieron el legado antes que Tisci se apoderara: John Galliano, Alexander McQueen, y Julien Mcdonald. La diferencia de Tisci con los antecesores parte de que, el diseñador, ha sumido en la oscuridad romántica a una casa que se caracterizó por ser ultrafemenina y ligera. Y como no, si la mejor amiga de M. Hubert era la ultrafemenina Audrey Hepburn, quien se inmortaliza en aquella famosa escena de 'Breakfast at Tiffany's' en un vestido de su amigo, comiéndose un croissant y morboseando diamantes.
McQueen -quien me parece que hizo un trabajo extraordinario y más allá de su tiempo, como visionario que fue- también logró mostrar algo de oscuridad pero desafortunadamente su trabajo no fue valorado en su momento.

La mejor amiga del actual director creativo, en cambio, es la aclamada, respetada y considerada "abuela" del performance, Marina Abramovic cuya presencia y amistad ha influenciado la dirección que está tomando la casa para el mundo. Givenchy es hoy oscuro, religioso, espiritual y evidentemente, político. Es un rio de ambigüedades que hace declaraciones en sus presentaciones prêt-a-porter, muy disimuladas pero muy presentes y paradójicamente hace que facturen por los cielos.

De lejos no parece que haya malo en lo que hace Riccardo, que a final de cuenta es vender. El problema viene a partir de lo "reconocible" que se está haciendo con sus estampados, más la saturación en las revistas, hacen que su intención de crear el "must-have" de la temporada se convierta en un arma de doble filo porque, la temporada siguiente serán consideradas "passé". Sus prendas están programadas para durar 3 meses. Obsolencia programada. Entonces se ve obligado a auto-presionarse (a menos que lo hagan los dueños de la firma) a crear todo el tiempo la camiseta del momento, con perros, plantas o una imagen de Jesus en éxtasis mientras se masturba.

El no-problema es que parece que esto no parece preocuparle a Riccardito y menos ahora, que se anotó un hit que superó al de todos los diseñadores del mundo: el vestir a la reina del pop, Madonna, en una de sus creaciones para la presentación del superbowl, que desde ya ha sido la actuación más vista en la historia del mundo por siempre jamás, consiguiendo que 140 millones de personas le sintonizaran. Si eso no es prueba de éxito, que baje Dios y lo vea. Porque, seguro Tisci ya tiene su jubilación facturada.

Lo cierto es que a Tisci se le han abierto las puertas, no sólo del cielo sino del deporte. Tal vez por eso el contexto de basketball en su presentación alta costura de otoño-invierto 12-13. No es de sorprender si algún día re-diseña el uniforme de los Lakers y al igual que hizo con Madonna, los enfunde en dorado, símbolo de espiritualidad, riqueza y humildad. Y si no me lo cree, que lo diga el muy humilde y espiritual Papa Benedicto.



Pd: Hablando de dorados, les presento mi cd 'Watch The Throne' de Kanye West y Jay-Z edición deluxe, diseñador por adivinen quién...? Y que me hace pensar que debo tachar mi primer punto de mi manifesto.


27.1.12



Hace 10 años, para estas fechas, la semana de la alta costura en Paris, celebraba exitosas, majestuosas y hasta legendarias colecciones da aquellos a los que se les adjudicaba el término de "guardianes de la moda".

Un excéntrico John Galliano, vestido de torero, presentaba una colección de la casa Christian Dior inspirada en la cultura rusa llena de energía; involucrando bailarines, músicos y modelos que parecían más disfrazadas que vestidas. La mezcla del clasicismo de la firma junto a la exagerada modernidad que le agregaba el gibraltareño, eran siempre un éxito.

Christian Lacroix se inspiraba en Sex&TheCity, en Sarah Jessica Parker y en las junglas de África y NY para sus siempre ostentosas pero muy cuidadas, detalladas y maravillosas colecciones.

Julien Macdonald hacía sufrir a Givenchy con una colección confusa basada en la divinidad y en los ángeles con siluetas nada favorecedoras y zapatos horrendos.

Jean Paul Gaultier era alabado con una colección que exaltaba el cuerpo de la mujer y que como siempre (en ese entonces) evidenciaba su romanticismo y patriotismo.

Ungaro tenía a Emmanuele Ungaro.

Valentino tenía a Valentino.

Donatella vivía en el limbo de una casa que apenas hacía la transición hacia el nuevo milenio y debía replantear el canon de mujer Versace, que en ese entonces parecía el de Barbie de 3 pesos: llena de tornasolados, encajes y mini-vestidos de prostituta de taberna. Algo como una italiana ravé en LSD.

Yves Saint Laurent se despedía, después de 40 años de triunfo, de las pasarelas con su primera colección de alta costura la cual consistía en más de 270 pases dónde se incluían los trajes más memorables del modisto. Su ropa fue prácticamente alta costura de principio a fin.

Balmain tenía a Oscar de la Renta.

Y Christina Aguilera lanzaba "Dirrty". Video que cambiaría mi vida.

Diez años que parecieron volar. "Diez años no son nada" dicen pero, en una década aprendemos a hablar, a orinar solos, a leer, a limpiarnos el culo, a alabar, a despedir, a contratar nuevas promesas del diseño y a hacer historia.

Christian Dior, hoy en manos de Bill Gayten, se olvida de las colecciones como espectáculo a las que Galliano acostumbró por 15 años y presenta una colección basada en el clasisismo de la casa sin la modernidad que le caracterizaba. Un poco sosa a mi gusto y sin propuesta de innovación. La influencia de John se hace evidente en muchísimas de las prendas.

La casa Christian Lacroix entró en quiebra y se vió obligada a cerrar.

Karl Lagerfeld para Chanel, presenta una colección con 150 tonos de azul y pelos alborotados inspirado en Alice Dellal. El concepto de bolsillos a la altura de la cadera para simular una actitud de chicos con manos en jeans fue muy acertada aunque no sé si muy apropiada para con la firma.

Givenchy vive un periodo de cosecha con Riccardo Tisci a la cabeza, repartiendo maravillosas colecciones de alta costura que, en vez de modo show, les prefiere presentar como esculturas. Sin modelos. Ellas son fotografiadas antes de presentar las prendas.
La colección, cuyo trabajo en algunas piezas tomó más de 300 horas de proceso, es una delicia de muestra artesanal que incluye materiales como el coco. Tisci parece apropiarse de la oscuridad de personajes como Ethel Granger y se evidencia con los accesorios enormes e intimidantes que portaban las modelos. Los vestidos, que parecen un poco pesados al ojo y ciertamente lo deben ser llevan también implícito como referencia (por no decir copia), el trabajo del gran Azzedine Alaïa.

Jean Paul Gaultier, uno de los modistos más importantes de Paris, presenta una colección que si bien no se ve propiamente como alta costura, ha levantado altos comentarios sobre el aprovechamiento de la imagen de la fallecida Amy Winehouse. Algunos han considerado esa movida un gancho oportunista para atraer la mirada a su colección, incluyendo al padre de Amy quién se ha levantado en contra del diseñador.

Valentino ya no tiene a Valentino, sino a un dúo que confunde romanticismo con pereza.

Donatella Versace, para Atelier Versace, después de ocho años de no haber presentado un show de alta costura, aparece re-descubriendo el canon de mujer Versace, lo adapta a la época actual y se adelanta tres pasos más al tiempo presentando "glamazonas" futuristas. En sus prendas, se nota el intento de volver a hacerse en el mercado Hollywoodense y Kim Kardashian será una de sus víctimas.

Yves Saint Laurent está muerto.

Ya no hay Balmain alta costura.

Christina está más gorda que nunca.


23.1.12

J'adore Dior by Riccardo Tisci

No soy un blog de moda por que no soy víctima de ella. NO compro lo que impone, porque, viviría en bancarrota. No compro zapatos, ni bolsos, ni camisas de diseñador. De hecho, no tengo nada de diseñador en mi armario. Nada. Lo que más se le acerca, es mi álbum 'Watch The Throne' de Kanye West y Jay-Z cuya dirección estuvo a cargo de Riccardo Tisci y, nisiquiera es la edición deluxe.

No soy un blog de moda porque aunque sé quién es Pierre Bergé, Lillian Bassman, Madame Grés, Mr Pearl, Dovima o hasta Serge Lutens no sirve de nada. No importa. ¿A quién le importa?. Los de hoy son Alexander Wang, Mert y Marcus, las Olsen, Lindsey Wixson y hasta Lady Gaga. A nadie le importa que tengas cientos de datos bibliográficos en tu cabeza si "al final siempre nos quedará Wikipedia". A menos que la SOPA la cierre, claro. Mientras tanto, ¿de qué sirve hablar del antaño si la gente vive en el presente, pero nadie en el futuro?

No soy un blogger de moda porque sólo tengo 7 seguidores, y eso no es suficiente para que algún diseñador me envíe piezas de sus futuras colecciones para hacerme fotos, portándoles y alabándoles, para incrementar así, mi número de visitas y reafirmando inconscientemente el poder que tienen los diseñadores sobre mi. ¿Cómo esperan que les lama el culo si no me están consintiendo como un príncipe?

Tampoco soy un blogger de moda porque, aúnque soy exhibicionista y estoy buenísimo y hay cientos de fotos mias semidesnudo en internet; en moda, eso no es importante porque la moda de hoy no vende sexo. Y yo soy porngrafía.

No soy un blog de moda porque no miento. No me gusta que me presten la ropa para tomarme unas fotos y subirlas a Lookbook, Fotolog (si aún se usa) o blogger y pretender que estoy al último suspiro de la moda. De hecho, nunca me ha gustado prestar ropa. Nunca.

No soy un blog de moda porque, desafortunadamente no fui un pionero en el mundo social web, que es donde radica el éxito de muchos, quienes de hecho, comenzaron escribiendo (y muy bien!), opinando (muy atrevidamente) y subiendo fotos propias con un punto tan personal que se fueron haciendo admiradores. Hoy, ya consagrados, no hacen sino subir fotos a todos los desfiles a los que asisten, enseñando sus estilismos, y adjuntándo un reducido pie de foto anecdótico.

No soy un blog de moda porque no me gusta la moda. La de hoy y la que parece, será del mañana.
Hay que ser sinceros; la moda de hoy es aburrida. Ya no hay sexo, no hay mujeres, ni hay hombres; no hay desorden ni hay revolucionarios, ni románticos, ni sabios ni estúpidos, ni inteligentes; ya no hay peleas
entre modelos, ni exclusividad en las firmas, ni escándalos. Hoy sólo hay anorexia y hambre de popularidad. Lo avecinaba el despido de Carine Roitfeld quien, dejando Vogue Paris, dijo que "la atmósfera ya no es tan eléctrica como lo fue una vez y ahora tiene tanto carisma como una conferencia de medicina" y si yo sentado en mi escritorio lo percibo, ¿qué esperanza queda para los que la viven y aman?

No soy un blogger de moda, porque la moda es efímera. Cambia 3 meses (lo siento, Oscar Wilde) y los bloggeros también. Los blogs, de hecho, "ya están pasados de moda". Desde el 2009, que lo sepan. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas. La masificación de los blogs fue su propio némesis.
Lo de hoy es twittear y tumblrear que no es sino información edulcorada.

No soy un blog de moda porque soy anónimo. Porque me he autocensurado. Modefucker me hago llamar; creo que no saben más de mi. No lo hago por parecer interesante porque, soy intereresante. Nisiquiera sé por qué lo hago. Si supieran mi edad, ¿aumentaría mi tráfico? Si digo que tengo 13, ¿les interesaría más?. La afinidad es el opio de los bloggeros y de la sociedad misma.

En un blog de moda prima el físico antes que el intelecto. El interés de los lectores (de imágenes) reside en la relación imaginaria que establecen con el dueño del blog. Los lectores se convierten en asiduos visitantes y crean un nexo en su cabeza con alquien que nisiquiera les conoce pero, de los que viven al tanto. Por amor o por envidia. Como el amor del colegio o aquella persona popular del cole a la que siempre nos quisimos parecer. Es llenar un vacío negado. Y la necesidad es tal que se creen amigos y comentan dejando cortos mensajes halagadores, como si se tratase de un mensaje de texto, que, normalmente suele no ser respondido. Porque los populares son y deben ser así... misteriosos.

Yo no soy un blog de moda porque soy de Colombia. De latinoamérica, del tercer mundo.  Porque vengo de un país que aunque tiene 6 semanas de la moda al año, ninguna es relevante porque aquí casi nadie vive ni le importa la moda, aunque todos creen estarlo. Porque no me he ido a estudiar a la Saint Martins y no adoro a Kate Moss. Tal vez no lo soy porque si me tocara subir mis estilismos, este blog viviría lleno de 'desnudismos' ya que en Barranquilla el calor es tal, que no da para 'el layering' sino para el 'stripping'. Tal vez no lo soy porque no uso diseñadores, aunque en Colombia eso no es importante porque aquí se lleva Puma, no Prada.

A fin de cuentas no soy un blog de moda porque no he querido. Porque la vida más dulce es la de no pensar en nada y yo pienso muchísimo. Ellos no. No sé si soy interesante pero sé pretenderlo. No lo soy porque no quiero que me envidien así como yo les envidio. No lo soy porque no creo en lo que son ni en lo que se han convertido pero, así como dijo David Gaham "yo no creo en Jesus pero sigo rezando... uno nunca sabe" en realidad, uno nunca sabe así que, quizás...algún día... ojalá llegue a ser un blog de moda.
 
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